Indicadores para saber si nuestros chicos sufren acoso escolar

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Cuando se sufre el acoso escolar, se presentan pequeñas modificaciones en el comportamiento que permiten identificar a las víctimas; mediante ello, padres, docentes y amigos pueden prestar ayuda.


Indicadores
– Golpes o heridas que se hicieron durante el receso: normalmente es fácil distinguir una herida o un golpe que se realiza durante un juego o accidentalmente de aquellos que otro u otros compañeros le causan al agredirlo.
– Se altera al participar en clase; normalmente se pone nervioso cuando debe participar activamente, cuando la maestra lo hace pasar al frente, leer informaciones o contestar preguntas.
– Muestra inactividad, cansancio o angustia.
– Provoca cuchicheos y risas en los alumnos cuando entra a clase o contesta una pregunta; este hecho es normalmente provocado por el agresor y lo siguen los cómplices, que en su mayoría también son víctimas del líder negativo.
– Considerando el estrés que producen los agravios, una víctima puede inventar malestares para no ir a clases. Incluso puede llegar a la somatización.
– Tiene problemas para poder concentrarse tanto en la escuela como en la casa, por lo que muchas veces baja el rendimiento sin que haya una explicación visible.
– Sufre periódicamente de insomnio o pesadillas.
– Micción en la cama.
– Continuamente pierde sus útiles o dinero, ya que el agresor exige que se lo entregue.
– Llora con facilidad, pero sobre todo durante las noches.
– Se resiste a contar lo que sucede.
– No quiere salir a jugar o participar de actividades donde sabe que podría estar su agresor o los provocadores.
– Es un alumno al que excluyen de los trabajos en equipo.
Consideraciones a tener en cuenta para tratar de solucionar el problema
– Las sanciones solas no sirven.
– Lo mejor es la medición de las personas involucradas directa o indirectamente.
– Entablar vínculos comprensibles con víctimas y observadores.
– Capacitar a alumnos, padres y profesores en mediación escolar.
– Cero tolerancia a la violencia, tanto dentro como fuera del establecimiento escolar.
– Código de honor a nivel institucional desalentando a cualquier tipo de violencia.
– Normas o manual de procedimientos (reglamento) institucional claro con respecto a las violencias y, por sobre todo, conocimiento cabal por todos los miembros de la institución.

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